Piensas en su lucha constante y aguerrida,
aferrándose con aplomo, dándote la vida,
no pide nada a cambio, te ofrece su melodía,
te esconde sus temores y muestra su sonrisa.
Sobran las palabras cuando ella te mira,
descubres el universo reflejado en sus pupilas,
más allá de las estrellas hallarás la sintonía
que alegre tus mañanas y te llene cada día.
Sus brazos se hacen fuertes, si te abraza,
hasta las penas más crueles, por ti aguanta,
vence en cada batalla, no necesita armas,
tu felicidad es su objetivo, nadie la para.
No la verás decaída, siempre se levanta,
si te ve triste, seguro que caes en su trampa,
aunque intentes huir, su magia te atrapa,
engulle tus sollozos y los convierte en carcajadas.
En las noches más frías su piel es tu manta,
su mirada más tierna tus pasiones desata,
te das cuenta de que sin haber hecho nada
sin motivo aparente, es a ti a quien idolatra.
Musa inspiradora de historias entrelazadas,
diva de las risas mudas que nunca acaban,
general de las tropas de duendes y hadas
que se cuelan en tus sueños durante la madrugada.
Un minuto sin su cariño es la mayor condena,
solo su amor, infinito e incondicional
da lugar a esa sensación única y atemporal
que es su eterna compañía, la más amena.
No existe prejuicio capaz de ensordecer
sus gestos y detalles, el más inexorable placer,
ni guerras ni debacles me podrán enmudecer
puesto que en sus ojos y sus labios reside el poder.
Una simple separación instantánea exhibe
la debilidad que nos acosa y persigue
sin el apoyo mutuo surge esa vulnerabilidad
que caracteriza mi ser y destruye mi personalidad.
No habrá complejo al que no pueda hacer frente
ni sombra que consiga oscurecer mis horizontes
gracias a su esfuerzo y sabiduría ahora soy un hombre
que jamás olvidará sus lecciones: ama y sé fuerte.
aferrándose con aplomo, dándote la vida,
no pide nada a cambio, te ofrece su melodía,
te esconde sus temores y muestra su sonrisa.
Sobran las palabras cuando ella te mira,
descubres el universo reflejado en sus pupilas,
más allá de las estrellas hallarás la sintonía
que alegre tus mañanas y te llene cada día.
Sus brazos se hacen fuertes, si te abraza,
hasta las penas más crueles, por ti aguanta,
vence en cada batalla, no necesita armas,
tu felicidad es su objetivo, nadie la para.
No la verás decaída, siempre se levanta,
si te ve triste, seguro que caes en su trampa,
aunque intentes huir, su magia te atrapa,
engulle tus sollozos y los convierte en carcajadas.
En las noches más frías su piel es tu manta,
su mirada más tierna tus pasiones desata,
te das cuenta de que sin haber hecho nada
sin motivo aparente, es a ti a quien idolatra.
Musa inspiradora de historias entrelazadas,
diva de las risas mudas que nunca acaban,
general de las tropas de duendes y hadas
que se cuelan en tus sueños durante la madrugada.
Un minuto sin su cariño es la mayor condena,
solo su amor, infinito e incondicional
da lugar a esa sensación única y atemporal
que es su eterna compañía, la más amena.
No existe prejuicio capaz de ensordecer
sus gestos y detalles, el más inexorable placer,
ni guerras ni debacles me podrán enmudecer
puesto que en sus ojos y sus labios reside el poder.
Una simple separación instantánea exhibe
la debilidad que nos acosa y persigue
sin el apoyo mutuo surge esa vulnerabilidad
que caracteriza mi ser y destruye mi personalidad.
No habrá complejo al que no pueda hacer frente
ni sombra que consiga oscurecer mis horizontes
gracias a su esfuerzo y sabiduría ahora soy un hombre
que jamás olvidará sus lecciones: ama y sé fuerte.